Fiesta

Recomendar esta página Ver en PDF Imprimir esta página
Wiki de astronomía.
Todo el poder de la Wikipedia y toda la esencia de la astronomía

Fiesta

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Para la novela de Ernest Hemingway véase Fiesta (novela).
Preparativo de una fiesta.

Preparativo de una fiesta.

Una fiesta es un rito social en el cual las personas marcan cierto acontecimiento o alguna ocasión especial, como un cumpleaños, agasajo, boda, aniversario, etcétera; reuniéndose y desinhibiéndose o adoptando un rol para la ocasión. Se incluyen en este tipo de celebraciones las fiestas polulares como las ferias, los carnavales…

Como rito que es, implica seguir un patrón determinado, en el caso de las fiestas suele estar acompañado de baile, música y comida para la ocasión. Junto con algún ritual más específico según la fiesta de que se trate.

Las personas implicadas en el rito pueden variar considerablemente, desde una familia o grupo social hasta toda una localidad o incluso una nación.

Pueden ser períódicas o anecdóticas.

Tabla de contenidos

[editar] La ocasión

Cualquier circunstancia es adecuada para la organización de una fiesta, sin embargo, algunas parecen más apropiadas que otras. Una licenciatura, el final de los exámenes o de las vacaciones, o un acontecimiento familiar (boda, bautizo, comunión, etc.) son circunstancias más que propicias para celebrar una fiesta. Sin embargo, el acontecimiento por excelencia que engendra la mayoría de las fiestas es la celebración de un cumpleaños.

Para organizar una fiesta de cumpleaños, no hace falta hacerla coincidir exactamente con el día del aniversario. Lo que sí resulta conveniente es que ya haya pasado la fecha en el calendario, de modo que la excusa resulte suficientemente verosímil como para poder invitar a amigos y parientes, e incluso, provocar que traigan un regalo.

Los días en que mejor se acoge la convocatoria para un festejo son, por razones obvias, las vísperas de festivo, eminentemente, los sábados. Antes de formalizar la convocatoria, y para asegurar una mínima asistencia, hay que tener en cuenta las costumbres vacacionales de los invitados. Si se establece la fecha de celebración en vísperas de Semana Santa o de otra festividad señalada, lo más probable es que la mayoría de tus amigos se encuentren de viaje o en su segunda residencia. Y, concertarla para mediados de verano, puede acarrear un fracaso (a no ser que se celebre en un destino de veraneo).

No es conveniente montar un sarao el día de la inauguración de las Olimpiadas o el de la final de la copa del mundo de fútbol si muchos de los invitados son aficionados al deporte. Del mismo modo, un espectáculo relevante en la ciudad, puede hacer tambalear el edificio de la celebración: un concierto de Michael Jackson, los tres tenores hacen un solo pase mundial, viene a jugar el Real Madrid, etc. En definitiva, hay que atar todos los cabos para cerciorarse de que puedan acudir la mayoría de los invitados (si luego, no quieren asistir, eso ya es otra cosa).

Salvo para fiestas infantiles o de personas mayores, las últimas horas de la tarde y toda la noche, sin limitaciones constituyen momentos preciosos para la organización de un festejo. La noche tiene un encanto misterioso y bohemio que invita a la desinhibición y la búsqueda de nuevas sensaciones.

La hora de comienzo, por su parte, dependerá tanto de la edad de los participantes, como de la índole de la reunión. Por lo demás, hay que tener en cuenta que la hora de convocatoria puede llevar implícitas determinadas obligaciones. En reuniones que comienzan a las ocho de la noche, los invitados tienden entender que se va a saciar su hambre con unos entremeses. Para eludir esta incómoda expectativa, se deberá retrasar la fiesta, al menos, un par de horas. Si la celebración comienza a las siete de la tarde no será entendible, por su parte, que no se sirva un tentempié mientras los invitados dan cuenta de las primeras copas.

[editar] El lugar

El lugar de celebración de una fiesta no es determinante para conseguir un gran éxito. Una celebración festiva puede ser igualmente divertida en un local público, en una casa particular, en un solar abandonado o en un pabellón de deportes. Lo que sí resulta verdaderamente importante es que la capacidad del recinto sea la adecuada al número de asistentes. Una veintena de personas bailando en una plaza de toros difícilmente lograrán divertirse por más esfuerzos que realicen. Sin embargo, la fiesta de clausura de unas Olimpiadas (léase, por ejemplo, la de Barcelona 92) puede celebrarse en un estadio olímpico sin perder su espíritu, habida cuenta que en ella participan decenas de miles de personas.

Para escoger el lugar más apropiado, es preciso calcular primero el número de asistentes a la reunión. Lo importante es que se encuentren holgados durante la fiesta pero que el espacio no sea tan amplio como para perder la sensación de unidad. Si hay que escoger entre quedarse corto o que sobre terreno, es preferible pecar de lo primero. Uno de los éxitos de toda celebración social reside en que la gente se sienta miembro de un grupo y tenga la posibilidad de comunicarse con el resto de los invitados. Si el espacio en que se celebra la reunión es demasiado amplio, la tendencia natural a ocuparlo todo provocará que la gente se disperse por los rincones.

Si se estima que el sitio escogido excede muchos metros cuadrados de lo estrictamente necesario, hay que intentar acotarlo de la manera más discreta. Dependiendo del lugar de celebración, se presentan diferentes soluciones:

  • En una casa particular, clausurando algunas habitaciones periféricas se conseguirá reducir el espacio hábil a sus justos términos.
  • Para lugares abiertos (jardines, campos, plazas, etc.), las soluciones que se presentan son múltiples: vallas, barreras naturales (setos, macizos de flores, etc.), maceteros, cintas atadas a los árboles, etc.
  • Cuando hablamos de un restaurante que no tiene comedores individuales, poner un biombo separador constituye el recurso más socorrido y habitual.
  • En un bar, se puede limitar el acceso a una parte del mismo.
  • En lo referente a un hotel, lo mejor es alquilar un salón para usarlo en exclusiva y evitar, de este modo, mezclar a los invitados con el resto de los inquilinos.
Chidren con linterna de estrella-formó en la fiesta de

Chidren con linterna de estrella-formó en la fiesta de “Medio-otoño” en Vietnam.

Es conveniente designar un lugar principal en el que vaya a desarrollarse la parte central de la fiesta y habilitarlo como tal. En una casa o edificio, hay que optar por la habitación de mayor superficie (el salón, generalmente). Elige una explanada amplia y sin obstáculos para concentrar al personal cuando tu reunión se desarrolle en un espacio abierto. El lugar de mayor concurrencia suele coincidir con el que contiene la comida y la bebida o, en su caso, la música. Situando en un mismo sitio estos tres elementos se habrá conseguido centralizar la reunión.

Si se espera que acuda a la fiesta demasiada gente para las dimensiones del área principal, no hay que inquietarse. Simplemente, hay que preparar algunos espacios laterales que sirvan de desahogo. En el caso de una vivienda particular, abre alguna habitación pequeña donde la gente pueda expandirse y descansar de la aglomeración. En estos lugares de reposo, la música debe oírse a menor volumen mientras que la intensidad de la luz puede aumentarse para permitir descansar la vista. Abre las ventanas y aliviarás el calor de la sala contigua a la par que eliminas el olor y el humo del tabaco. Por último, coloca un grupo de sillas y una mesa y así, darás la oportunidad a los menos marchosos de mantener una tertulia sosegada.

En cuanto al asunto de si deben existir sillas y butacas para sentarse, todo va a depender del tipo de fiesta que se quiera organizar. Si lo que queremos es una reunión tranquila de las de contar chistes y dar conversación, es evidente que se deben disponer asientos abundantes ya sea en uno o en varios corros, a ser posible, con una mesa en el centro de cada uno para colocar vasos y botellas. En caso contrario, es mejor dejar que la gente permanezca en pie para que pueda relacionarse con el resto de invitados y no formar corrillos que los aislen.

Algunos establecimientos públicos se alquilan total o parcialmente para celebración de fiestas privadas. Determinados bares o discotecas pueden cerrar sus puertas al público habitual si se llega a un acuerdo satisfactorio con el encargado sobre el precio y la fecha. Las ventajas son evidentes:

  • la atención a prestar a los invitados es infinitamente menor
  • también es menor es el esfuerzo de organización previo
  • se evita tener que limpiar y recoger posteriormente.

Por el contrario, el margen de maniobra del organizador en la concepción y desarrollo de la fiesta se limita considerablemente. Posiblemente, ni la decoración del local, ni la luz, ni la música queden a su albedrío aunque, en todo caso, todo dependerá de sus habilidades negociadoras.

Otro dato a tener en cuenta a la hora de elegir ubicación a la celebración, es la existencia de servicios con suficiente capacidad para el conjunto de invitados. Aunque esto parece una verdad de perogrullo, no lo es tanto si nos referimos a locales abandonados, descampados o pisos vacíos en los que no existe suministro de agua. Por otra parte, si lo que se organiza es una fiesta multitudinaria, tal como un fin de carrera, el comienzo de las fiestas patronales o la fiesta de la vendimia, es bueno prestar atención a esta circunstancia. Un contratiempo como el tener que hacer colas de quince minutos u organizar excursiones al bar de la esquina para evacuar, pueden hundir literalmente una fiesta.

[editar] La luz

La luz es un elemento importante para crear el ambiente adecuado al tipo de fiesta que se quiera organizar. En principio, si se trata de una reunión social en la que sólo se pretende conversar y pasar un buen rato, no será necesario modificar la iluminación habitual de la habitación en que se vaya a celebrar. Para contar chistes o proponer acertijos de ingenio es muy conveniente ver la cara de los interlocutores y captar sus reacciones. La misma solución sería aplicable en fiestas infantiles y aquéllas en las que primen los juegos o los bailes de grupo.

Pero si hablamos de otro tipo de celebraciones, las posibilidades que ofrecen las luces son infinitas: cambios de intensidad, bombillas de colores, focos proyectados, etc. Simplemente, apagando algunas luces o bajando las lámparas al suelo cambia radicalmente el ambiente de una estancia.

En un primer momento, para recibir a la gente y para los primeros contactos, es bueno mantener todas las bombillas encendidas. A la media hora de contar con todos tus invitados comienza a reducir la iluminación. Si tienes dispositivo de modulación de luminosidad (muy habitual, en instalaciones de focos halógenos) la solución es sencilla. En caso contrario, se pueden ir apagando lámparas conforme va avanzando la fiesta. En reuniones en recintos amplios, hay que limitar la iluminación brillante a las salas de desahogo dejando la zona principal en penumbra.

La amplia luminosidad se relaciona habitualmente con el día. Una reunión a las seis de la tarde es difícilmente concebible sin luz. Sin embargo, a partir de las once, la falta de iluminación no debe resultar extraña. La ausencia de luz desinhibe y aproxima a las personas. En los bares de noche, es apreciable cómo las bombillas se hallan generalmente moduladas a la baja, llegando en las discotecas, prácticamente a desaparecer la luminosidad en la pista.

Las velas crean un entorno acogedor e intimista. Si la fiesta va a tener lugar al aire libre, en una calurosa noche, se puede plantear el disponer pequeñas velas sobre las mesas o indicando las vías de acceso. No es necesario colocar sino unos cuantos puntos de luz sobre las mesas en que se encuentre la bebida y la comida y sobre el resto de muebles que se hayan distribuido por el recinto para proporcionar una iluminación bohemia y acogedora.

[editar] Tipos de fiestas

Algunas de las fiestas más comunes son:

[editar] Véase también

[editar] Enlaces externos

Wikcionario

España

Argentina

Andalucía

Scroll to Top