George Eastman
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George Eastman, nacido el 12 de julio de 1854 y muerto el 14 de marzo de 1932, fue el fundador de la Eastman Kodak Company e inventor del rollo de película, que sustituyó a la placa de cristal, con lo cual consiguió poner la fotografía a disposición de las masas. El rollo de película sería también algo básico para la invención del cine, ya que su uso se encontraba en las creaciones de los pioneros del cine como Thomas Edison, los Hermanos Lumière y Georges Méliès.
El 4 de septiembre de 1888 Eastman registró la marca Kodak y recibió una patente para su cámara que usaba el rollo de película. Ese mismo año lanza al mercado la cámara Kodak 100 Vista, que utilizaba carretes de 100 fotos circulares y para cuya campaña de promoción acuñó la frase «Usted aprieta el botón, nosotros hacemos el resto». Lo más importante es que a partir de este momento ya no se requerían grandes conocimientos en fotografía o en la utilización de productos químicos.
Esta cámara se vendía ya cargada y lista para realizar las fotos. Una vez usada, se devolvía a la casa que extraía el carrete, revelaba las fotos y las devolvía junto a la cámara ya cargada. Los precios eran muy económicos, unos 25$ la cámara cargada y el carrete cargado y revelado sólo costaba 10$. Esto supuso que el uso de la fotografía se pudo extender a toda la población, es por tanto el momento de la popularización de la fotografía.
Ya en el año 1889 Eastman cambia el carrete de papel por uno de celuloide y unos años más tarde elimina la incomodidad de tener que devolver la cámara entera, al comenzar la comercialización de un carrete protegido que permite su colocación y extracción a la luz del día.
Es en estos años cuando surge la fotografía de aficionado tal y como la conocemos en la actualidad.
Eastman, de carácter complejo, se hizo multimillonario gracias a sus innovaciones, invirtiendo grandes sumas de dinero en diferentes obras benéficas. Sin embargo, su inestabilidad psíquica le llevó a su suicidio. Dejó una nota en la que ponía:
«Mis amigos, mi trabajo está hecho, ¿por qué esperar?»