Lucas Marton

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Lucas Marton

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Lucas C. Marton
Nacimiento Año 1700, Irlanda
Fallecimiento Año 1795, Paso de las Toscas; Parque del Plata; Uruguay
Ocupación Ex Misionero jesuita en las Misiones Orientales; historiador; docente; investigador
Esposa Guasú-Virá: nativa guaraní
Hijo Antoñito Lazo
Descendientes directos Antoñito Lazo (hijo) / Taboirá (nieta) / Andrés Guazurary (bisnieto; hijo de Taboirá).

Lucas Marton, (nacido ca. 1700, Irlanda – muerto en 1795, Paso de las Toscas, Banda Oriental) Jesuita irlandés, misionero en las Misiones Orientales, historiador y docente, antepasado de Andrés Guazurary, conocido como Andresito Artigas.

Tabla de contenidos

[editar] Sus primeros años

Su familia, Marton, pertenecía a una comunidad no religiosa, los Amarets, custodios de milenarios documentos conocidos como ?El Libro de los Milenios? o ?El Rav?. Insistían en la inconveniencia de llegar a Dios por medio de una religión. Perseguida, la comunidad debe separarse y dejar el país. Encargaron al joven Lucas Marton el cuidado de los antiguos documentos. Sin vocación religiosa alguna, logra ingresar en la orden de San Ignacio de Loyola y después de tomar los hábitos se embarca hacia el nuevo mundo.

En 1734 desembarca en el puerto de Montevideo, se dedica a la recopilación de datos históricos de la región, tema que lo apasionó hasta el final de su vida, así como el contacto con los indígenas de la región que lo llevó a reavivar su creencia en un Dios que se halla en la vida fuera de las congregaciones religiosas.

[editar] Su vida en las misiones

En las Misiones Orientales el padre Lucas había sido químico, botánico, geólogo, astrónomo, arquitecto, ingeniero, músico, políglota, médico, pero nada llegó a cultivar con tanto amor como el estudio de las lenguas aborígenes a las que llegó a dominar a la perfección. Esta condición especial, le sirvió de base para el acopio de relatos, historias y leyendas de mucha de la tradición oral que sobrevivió entre los componentes de las diversas etnias que poblaban el Perú, y el Plata, las actuales Argentina, Bolivia, Paraguay, Río Grande do Sul y el Uruguay.

El sistema comunitario misionero consistía en haber implantado en las reducciones por ellos dirigidas, la disciplina monacal de su congregación, con una separación completa entre ellos y sus subordinados . La mentalidad de aquellos aborígenes preparaban el terreno para que vieran a sus dirigentes más que como a sus semejantes, a santos a igualdad de las imágenes de madera que hacían adorar en los altares. El sometimiento era absoluto, la ley, el trabajo, el amor y la justicia eran regidos por sus Padres. La voluntad no existía, el confesionario destruía toda idea o tendencia en desacuerdo con la comunidad. Uno de los grandes privilegios que encontraba el indio en aquel ambiente, era el ser elegido para la servidumbre de Iglesias y conventos, el contacto con los amos los eximía de pesados trabajos, pues sabido es que, la comunidad exigía la cooperación de todos los feligreses desde la edad de cinco años en adelante, para beneficio de la colectividad.

El carácter del padre Lucas y hasta la rebeldía contra el proceder del régimen impuesto por sus superiores para la organización que querían implantar en aquel medio, le daban una aureola especial entre el elemento aborigen, pues a simple vista resaltaba la simpatía que volcaban hacia él la mayoría de los caciques y la indiada de ambos sexos que formaban la totalidad por él dirigida.

[editar] La rebelión

A principios del año 1751 y quizá para quebrar la autoridad excesiva que iba cobrando el padre Lucas, fue Lucas Marton fue nombrado Director de las reducciones de San Borja; en su anterior parroquia Santo Tomé hubo el primer intento de insubordinación, llegaron a dirigir al Director General de las misiones que se encontraban en Yapeyú, una protesta para que dejaran en Santo Tomé al padre Lucas o que todos querían ir a San Borja siguiendo al Pay Sucuitas como ellos le llamaran.

Este pequeño incidente dio motivo a que repercutiera en todas las reducciones el malestar y disgusto de los Padres contra su compañero el Padre Lucas, a quien, le atribuían ser el promotor de la disconformidad y anarquía que empezara a vislumbrarse entre los elementos adictos a aquel jesuita irlandés.

Ciertos rumores llegados de Asunción, Caracas y Buenos Aires sobre la política de los padres jesuitas, dieron motivo, a que, como medida disciplinaria se intentara enviar de regreso al padre Lucas a Europa, pero todos estos episodios se sucedieron en momentos en que los guaraníes organizados en pie de guerra sostenían con los mamelucos combates casi a diario. Uno de los más sangrientos de éstos, fue la batalla de Caybaté dada a mediados del año 1751; en este hecho de armas perdió la vida el valiente cacique Languión y fue tomado prisionero el padre Henis y luego pereciera José Sepé Tiarayú, a quienes sindicaban en unión al padre Lucas como instigadores y directores de aquella insubordinación.

Con la muerte de Languión, perdió el padre Lucas uno de sus más fuertes apoyos, pues, el jefe indígena era oído y muy considerado entre los padres; y prisionero el padre Henis, quien era su acérrimo defensor y amigo, dejaron al padre Lucas en situación crítica, pues una de las medidas que tomaron los paulistas como triunfadores, fue imponer la entrega de un contingente de indígenas aptos para el trabajo en piedra, tarea a la que los jesuitas habían especializado a gran número de indígenas. La entrega de este contingente estaba resuelta por capitanejos y jesuitas.

Esta noticia fue recibida en las reducciones con la más formal protesta. De muchos años atrás, sabían ya los indios de todos los pueblos misioneros, lo que significaba una partida de hombres llevados por los ?malocas? (así se llamaba a las expediciones depredatorias de los bandeirantes) sabían bien lo que era un contingente ?yanaconas? (esclavos). Miles y miles de hermanos, amigos y parientes habían sido llevados por los portugueses y brasileños, ni uno sólo volvió del cautiverio.

[editar] Un pueblo en la selva llamado Nazareno

En febrero de 1752 el padre Lucas C. Marton en rebeldía con la orden religiosa se despidió para internarse en la selva con sus indios. En la fila de los fugitivos iba una joven que llevaba a su hijo, un niño de nueve años. Le dio por nombre Antonio y por apellido Lazo. se internó en lo más enmarañado de la selva y allá fundó su reducto. Los que le seguían formaban grupos de expertos e iniciados en todas las actividades que florecieron en los pueblos misioneros.

Dedicado a sus indios, a quienes diera las libertades para los que tanto bregara, y a la educación esmerada de Antoñito hizo florecer a su querido pueblo a centenares de leguas de todo punto civilizado; ubicación que buscara a ex profeso.

Y, así fue Nazareno, pueblo por él formado; una ciudad casi de leyenda, perdido y engarzado en la selva. Por mucho tiempo subsistió, entre los habitantes del Paraguay, las Misiones, Río Grande y Mato Grosso la leyenda de la existencia de Nazareno.

Antoñito Lazo, después de la muerte de Paituyú (padre viejo) como le decían al padre Lucas, fue el continuador de su obra y continuó en aquel tranquilo refugio, empañado de cuando en cuando por las noticias que llevaban los fugitivos de los terribles ?malocas? que arrasaban todo a su paso.

[editar] El Arca del Padre Lucas

Una hija de Antoñito Lazo llamada Taboirá fue madre de aquel capitán Misiones que entró a la historia por su heroísmo, Andrés Guazurary poniéndose desde muy joven a las órdenes de Manuel Belgrano y luego de José Gervasio Artigas. Andrés Guazurary, una versión comenta que nació en Nazareno aunque las documentaciones más fidedignas indican a San Francisco de Borja. Las historias cuentan que desde adolescente ya le había prometido su abuelo, que una vez que fuera hombre y vengara a sus mayores, le entregaría todo cuanto perteneció al Pai-tayú ?papeles, libros y los documentos milenarios que guardara en hermosa arca de raras maderas repujadas en incrustaciones y herrajes de fina plata; trabajo hecho por los artistas de Nazareno y regalada al Pai-tayú al cumplir sus ochenta años, conocida hoy como el Arca Secreta del Padre Lucas.

[editar] Su muerte

Fue el deseo de Lucas Marton, morir cerca del mar, pues como buen irlandés, la voz de aquella inmensidad le acercaba de alguna manera a su tierra natal. Su bisnieto Andrés Guazurary, se encargó de todos los preparativos, del viaje, la custodia y la construcción de un cómodo quincho a orillas del Arroyo Solís Chico, en el histórico Paso de las Toscas. Allí vivió siete años, hasta el día de su fallecimiento en setiembre de 1797. Su tumba se halla en alguna parte de ese lugar.

[editar] Fuentes

  • “Haciendo Historia”: Prof. Carlos Ferrer Olmedo

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