Pedro Cieza de León

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Pedro Cieza de León

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Pedro Cieza de León (Llerena, España 1520Sevilla, España 1554) fue conquistador, pero sobre todo cronista e historiador, del Perú. Escribió una Crónica del Perú en tres partes, de las que sólo la primera se publicó en vida de su autor, quedando inéditas las otras dos hasta los siglos XIX y XX respectivamente.

Primera página de la Chrónica del Perú de Pedro Cieza de León.

Primera página de la Chrónica del Perú de Pedro Cieza de León.

En América y sobre todo en Cartagena de Indias desempeñó una gran actividad en expediciones, fundaciones, encomiendas gubernamentales y otros cargos, aunque quizás su obra principal y por lo que es un personaje interesante, sea la crónica y el ambicioso proyecto de una historia del Perú. Dichas actividades se pueden resumir así:

  • 1536 y 1537: Expedición a San Sebastián de Buenavista y a Urute junto con Alonso de Cáceres.
  • 1539: Fundación de San Ana de los Caballeros (Colombia), junto con Jorge Robledo.
  • 1540: Fundación de Cartago (Colombia).
  • 1541: Fundación de Antioquia (Colombia).
  • Toma posesión de una encomienda que le otorga Sebastián de Belalcázar.
  • 1547: Junto con Pedro de Lagasca inició un viaje hacia tierras peruanas, en una misión de pacificación.
  • 1548: Marcha a la Ciudad de los Reyes (actual Lima) y allí comienza su carrera como escritor y cronista oficial del Nuevo Mundo. Durante los dos años siguientes recorrió los territorios del Perú recogiendo una interesante información con la que pudo desarrollar su obra.

Regresó a España en 1551 y se casó en Sevilla con una mujer llamada Isabel López. En esta ciudad publicó en 1553 la Primera parte de la crónica del Perú. Murió al año siguiente dejando una obra inédita que llegó a publicarse en el año 1871, bajo el título de Segunda parte de la crónica del Perú, que trata del señorío de los incas yupangueis y de sus grandes hechos y gobernación. En 1909 se publicó la tercera parte de sus crónicas con el título de Tercer libro de las guerras civiles del Perú, el cual se llama la guerra de Quito.

Aunque su obra es histórica, y narra los acontecimientos de la conquista, y de las guerras entre los españoles, su mayor importancia radica en la profundidad con que trata los temas de geografía, etnografía, flora y fauna, siendo el primero que describió algunas especies animales y vegetales.

[editar] Prácticas funerarias en la obra de Pedro Cieza de León

Macizo Colombiano Al tiempo que los españoles entraron a conquistar las comarcas que están alrededor del macizo colombiano, había tantas tribus tan diversas en costumbres y lenguas que solamente con el tiempo los hispánicos llegaron a entenderlas, estos pueblos estaban diseminados en tanto, que se hacían guerras y se comían unos a otros, en cuanto a religión Cieza de León que paso por allí escribió:

“En algunas partes se les han visto ídolos, aunque templos ni casa de adoración no sabemos que la tengan; hablan con el demonio y por su consejo hacen muchas cosas conforme al que se las manda; no tienen conocimiento de la inmortalidad del ánima enteramente; más creen que los mayores tornan a vivir, y algunos tienen (según a mi me informaron) que las ánimas de los que mueren entran en los cuerpos de los que nascen; a los difuntos se les hacen grandes y hondas sepulturas, y entierran a los señores con con algunas de sus mujeres y hacienda, y con mucho de su mantenimiento y de su vino; en algunas partes los queman hasta los convertir en ceniza, y en otras no mas de hasta quedar el cuerpo seco”.

De este testimonio del cronista Cieza de León se puede conjeturar que no había un patrón generalizado de costumbres funerarias, además, los ritos funerarios estaban de acuerdo a la importancia social del indígena muerto, por otra parte de suma importancia me parece el hecho de que para los cronistas el comportamiento religioso del indígena es diabólico y el punto de comparación que establece con la iglesia católica el enunciar que los indígenas no poseían casa de adoración. Mas adelante, Cieza de León se expresa así de las costumbres mortuorias de los quillacingas que eran una tribu que par la geografía de hoy ocupaban parte de la zona centro y nororiental de los Andes del Departamento de Nariño, en los actuales Municipios de Pasto, Sandoná, la Florida, Tangua y la Cruz:

Los quillacingas hablan con el demonio, no tiene templo ni creencia, cuando se mueren hacen las sepulturas grandes y muy hondas, dentro de ellas meten su haber que no es mucho. Y si son señores principales les echan dentro con ellos algunas de sus mujeres y otras indias de servicio. Y hay entre ellos una costumbre la cual es (según a mi me informaron) que si se muere alguno de los principales de ellos, los comarcanos que están a la redonda cada uno da al que es muerto, de sus indios y sus mujeres dos o tres y llévanlos donde esta hecha la sepultura, y junto a ella les dan mucho vino hecho de maíz., tanto, que los embriagan, y viéndolos sin sentido los meten en las sepulturas para que tenga compañía el muerto. De manera que ninguno de aquellos bárbaros muere que no lleve veinte personas arriba en su compañía.

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