Pueblos germánicos
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Principales tribus* | |
Grupo | Asentamiento |
---|---|
Alamanes | Norte y centro, luego sur de Alemania |
Anglos y Sajones | Islas Británicas y Sajonia (márgenes del río Elba en la actual Alemania) |
Francos | Francia y centro de Alemania |
Lombardos | Norte de Italia |
Ostrogodos | Italia |
Suevos | Noroeste de la península Ibérica |
Vándalos | Norte de África |
Visigodos | Sur de Francia y Península Ibérica |
(*) Recibían diversos nombres por los pueblos invadidos, no siempre coincidentes con los que ellos mismos se daban. |
Los pueblos germanos o germánicos fueron una etnia de origen indoeuropeo que pertenecía al grupo de las tribus que ocupaban la región ubicada al norte del Imperio Romano, conocida como Germania. Las tribus germánicas más conocidas son los godos, los francos, los burgundios, los vándalos y los suevos. A pesar de constituir tribus separadas, los germanos poseían características muy similares.
Tabla de contenidos |
[editar] Origen de la denominación
Como los romanos los consideraban formidables guerreros, es probable que su denominación provenga del término germánico heer-mann[cita requerida], hombre de guerra, que también dio origen a los actuales nombres propios Hernán y Germán[cita requerida]. Puede también provenir de Hermann[cita requerida], el caudillo germano que masacró las legiones de Varo en la batalla del bosque de Teutoburgo. Esta derrota caló hondo en el orgullo de los romanos, ya que debieron replegarse a la ribera izquierda del Rin, frontera que perduró hasta la desintegración del Imperio Romano.
[editar] Historia
Según los hallazgos arqueológicos, se establecieron hacia el año 500 adC sobre las costas del Mar Negro y el Mar Báltico. Los antiguos griegos no supieron de su existencia y los romanos recién los conocieron cuando los germanos comenzaron a avanzar hacia el interior de Europa alrededor del comienzo de la Era cristiana. Este avance pudo haber sido causado por catástrofes naturales o por su gran aumento demográfico. Se estima que en esa época sumaban entre uno y cuatro millones, contra menos de un millón de romanos y sus vasallos. Para contener sus avances, los romanos crearon una frontera fortificada, el limes («límite» o «frontera», en castellano), a lo largo del Rin y el Danubio.
[editar] El comienzo de las invasiones
Entre los años 235 y 285, Roma estuvo sumida en un periodo de caos y guerras civiles. Esto debilitó las fronteras, y los germanos, en busca de nuevas tierras, se desplazaron hasta la frontera norte del Imperio. Los emperadores de la época permitieron el ingreso de los germanos bajo dos condiciones: debían actuar como colonos y trabajar las tierras, además de ejercer como vigilantes de frontera. Sin embargo, la paz se acabó cuando Atila, el rey de los hunos, comenzó a hostigar a los germanos, que invadieron el Imperio. Luego de la retirada de los hunos, las tribus bárbaras se establecieron en el interior del Imperio: los francos y burgundios tomaron la Galia, los suevos, vándalos y visigodos se asentaron en Hispania, los hérulos tomaron la península Itálica tras derrotar y destituir al último emperador romano, Rómulo Augústulo. Posteriormente, los hérulos se enfrentarían a los ostrogodos, saliendo estos últimos victoriosos y tomando el control de toda la península. Cabe destacar que, si bien los germanos no eran muy desarrollados culturalmente, asimilaron muchas de las costumbres romanas, formando así la cultura europea que originó la actual cultura occidental.
[editar] Características comunes
Todos los pueblos germánicos se regían por una monarquía electiva. El rey o jefe de la tribu era elegido por una asamblea de guerreros, que además administraban la justicia, pactaban la paz o declaraban la guerra. No poseían un código legislativo, por lo que se regían por el derecho consuetudinario.
La organización en cuanto al poder era bastante simple. La clase de los visigodos , que tenían acceso a los puestos de mando (asamblea de guerreros, mandos militares) y podían ser nombrados reyes de su tribu. Los hombres libres, quienes formaban parte del ejército, practicaban la caza y otras actividades cotidianas. Los esclavos, quienes debían trabajar las tierras y obedecer a un amo; sin embargo, recibían un trato más o menos similar al de un hombre libre, al contrario de culturas como la griega y la romana.
[editar] Cultura
Aunque aparentemente compartían una lengua ancestral común, al momento de su avance sobre el interior europeo ya tenían varios dialectos hablados principalmente por:
- los pueblos nórdicos o escandinavos,
- los germanos occidentales
- los germanos orientales.
Su organización social era de tribus independientes, que ocasionalmente se confederaban para la guerra, aunque a menudo también lo hacían entre ellas. Eran pastores y agricultores seminómadas, cuyos asentamientos eran poco duraderos. No tenían alfabeto (el rúnico de los escandinavos se usaba sólo para fines religiosos), por lo que no hay registros escritos de su historia hasta su encuentro con los romanos. Tenían esclavos y hacían vasallos semilibres a los pueblos conquistados. Su religión es poco conocida y no parece haber sido central en sus vidas, ya que la mayoría de ellos se convirtió rápidamente al cristianismo. Algunas tribus, como los francos salios, establecieron relaciones de clientela con los romanos, sirviendo ocasionalmente en sus ejércitos. Estas relaciones sentaron la base del futuro régimen feudal, y los dominios que establecieron fueron el origen de los reinos medievales y los actuales países europeos.
[editar] Fuentes
- Tácito, Origen y territorio de los germanos (en latín, De origine ac situ Germanorum): edición electrónica en francés, comentada y con mapas, de libre acceso en Bibliotheca Classica Selecta
[editar] Véase también
[editar] Enlaces externos
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