Sin (monstruo)
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Sinh, es un monstruo gigantesco de inmenso poder destructivo del juego de RPG Final Fantasy X.
La historia de Sinh se remonta a la Guerra de las Máquinas entre las dos capitales de Spira en la antigüedad. Zanarkand era la ciudad de la magia, de los invocadores y por supuesto también del blitzball. Bevelle, por el contrario era el centro de Spira. Por aquella época no había ninguna creencia religiosa predominante en Spira. Aún así, había 4 venerables que guiaban al pueblo.
Sin previo aviso, una guerra estallo entre estas dos ciudades. Yu Yevon era el guía del pueblo de Zanarkand. Era invocador, el mejor de todos y amaba su ciudad por encima de todo. Zanarkand contaba con centenares de invocadores, hechiceros y guerreros de élite. Las armas de Bevelle eran mayormente máquinas, creadas para matar grandes masas de personas. La batalla tuvo lugar en la hoy conocida como Llanura de la Calma. Bevelle ganó esta batalla y siguió avanzando hacia el monte Gagazet para acabar definitivamente con la ciudad de Zanarkand, donde ya solo quedaban civiles y algunos invocadores.
Yu Yevon, el padre de Yunalesca (de ella proviene el nombre de Yuna), aún permanecía en la ciudad y era lo único que Bevelle temía en este momento. Yu Yevon, ante la terrible masacre que estaba experimentando su pueblo hizo lo que mejor sabía hacer, invocar. Invocó a la criatura más temible y abominable que jamás había visto Spira, un criatura que convertiría a Spira en un infierno, un espiral de muerte que giraría infinitamente? una criatura llamada Sinh.
Acumuló todo su poder y dio su alma a cambio, Yu Yevon invocó a Sin. Como no tenía el suficiente poder como para controlarle, sencillamente se unió a él creando así su coraza y su espiral de muerte. Sinh destruyó Zanarkand entera. Las tropas de Bevelle, al llegar a la cima del monte Gagazet oyeron una melodía que provenía de la ciudad de Zanarkand. Era una melodía que salía de los labios del propio Yu Yevon, quién, dentro de Sinh seguía invocando, descontrolado. El salmo de Yevon. Cuando los soldados de Bevelle vieron las ruinas de Zanarkand, a toda la gente tirada por los suelo, todo destruido y con una figura gigantesca que ensombrecía el cielo huyeron despavoridos. La guerra había terminado y la recompensa fue Sin. Antes esta situación de pánico Bevelle dijo que toda la culpa la tenía Yevon, el gobernante de Zanarkand. Bevelle prohibió el salmo en toda Spira. A pesar de todo, algunos partidarios de Zanarkand, como los Al Bhed, empezaron a cantarla para desafiar a Bevelle. Pero no todo el mundo murió en Zanarkand. Los supervivientes decidieron entregar sus almas para transformarse en oradores y así poder volver a reconstruir Zanarkand y su gente en forma de sueños. Uno de estos oradores era Zaon, el marido de la hija de Yevon. Yunalesca, que también sobrevivió intento derrotar a Sinh. Uniéndose a Zaon, consiguió el poder para invocar al aeon final y luchó contra Sinh en la Llanura de la Calma. Sinh murió y Yunalesca y Zaon con él. Spira tuvo un tiempo de calma. Pero Yevon nunca murió realmente, fue capaz de unirse al aeon final y así con el tiempo renació convertido en Sinh. La situación se desbordó, toda Spira pedía explicaciones de lo que estaba pasando y Bevelle comenzó a maquinar. De repudiar a Yevon pasaron a adorarle, para así ocultar lo que había sucedido al pueblo. Dijeron que Sin era el castigo por los pecados cometidos y que Yevon era la salvación. Se creó el dogma de Yevon, se legalizó el salmo y comenzaron a difundir esta religión inventada. Edificaron templos en su honor por toda Spira. El primero de ellos el de Zanarkand, donde Yunalesca esperaba a todos los invocadores que quisieran imitar su hazaña para vencer a Sinh, una y otra vez. Se prohibió el uso de máquinas y se aceptó el castigo de Sinh.
Así fue el principio de los Yevonitas y de Sinh (el ser que renace una y otra vez, aunque dejando períodos de calma entre su muerte y su renacimiento, de 10 años). Ahora, mucho tiempo después la historia está tapada con mentiras inventadas por el Clero de Spira.
Pero, Auron, guardián de Braska (el padre de Yuna), uno de los muchos invocadores que se encargan de ?derrotar? a Sin, viajará por el tiempo para traer de 1000 años atrás a un chico que cambiara el destino de Spira para siempre: Tidus