Sistema antiaéreo
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Un sistema antiaéreo es un arma destinada a la intercepción de aeronaves enemigas que se encuentren en vuelo. La definición incluye a los equipos anejos necesarios para el funcionamiento del arma.
Tabla de contenidos |
[editar] Sistemas antiaéreos de lanzamiento aéreo
Los sistemas antiaéreos de lanzamiento aéreo (AA) están compuestos por ametralladoras o misiles guiados específicamente diseñados para la destrucción de otras aeronaves montados a bordo de una aeronave propia. Entre los actualmente en servicio se encuentran el Sidewinder, el AMRAAM, el AA-10 Álamo o el AA-11 Archer, por citar unos ejemplos.
[editar] Sistemas antiaéreos de lanzamiento desde la superficie
Los sistemas antiaéreos de lanzamiento desde la superficie están compuestos por ametralladoras (AAA) o misiles tierra-aire (SAM, del inglés surface-to-air missile) específicamente diseñados para la destrucción de otras aeronaves montados en la superficie o sobre un vehículo de superficie (incluidos los submarinos a profundidad de periscopio). Entre los actualmente en servicio se encuentran el Patriot, el SAM-12 o la Shilka, por citar unos ejemplos.
La AAA o artillería antiaérea, en un principio la única defensa de este tipo, ha ido perdiendo importancia y ya sólo se conserva para distancias cortas (menos de 3 km) y altitudes bajas de menos de 1500 m. La mayoría de los vehículos AAA han acabado incluyendo combinaciones de misiles y de cañones.
Los SAM incluyen misiles de dos tipos. Los de defensa de zona, con un alcance por encima de los 40-50 km, se usan para defender regiones enteras o blancos vulnerables como barcos, y mantener una amenaza constante a los vuelos del enemigo, ´´robándole´´ espacio aéreo. Se encuentran en los barcos de escolta navales y las baterías de SAMs pesados montados sobre camiones.
En la defensa de punto están todos los sistemas de acompañamiento de las tropas al frente, montados en vehículos o incluso llevados por 1-3 soldados (MANPADS). Son una amenaza para los aviones de apoyo cercano y helicópteros, por lo fácil que resulta esconderlos o desplegarlos.
Una práctica habitual es combinar ambos tipos para llenar los huecos que dejan los de largo alcance, demasiado pesados para intercepciones a corta distancia. Esto se usa sobre todo en barcos, que suelen llevar 2 ó 3 misiles distintos y un AAA embarcado(CIWS).
También hay sistemas basados en la unión cañón-misil, como el Pantsir-S1 o su predecesor Tunguska-M1 (ambos de desarrollo ruso). El sistema Pantsir-S1 esta conformado por 12 misiles y tres cañones de 300mm, precisa de una dotación de tres operarios, tiene capacidad de funcionamiento en automático y puede ir montado en diferentes chasis.
[editar] Fiabilidad de los sistemas antiaéreos
Los sistemas anti-aéreos de superficie tienen varias limitaciones físicas que los sitúan en desventaja respecto a los ataques aéreos, por lo que necesitan apoyo de una aviación propia de vigilancia que solvente estos problemas. En primer lugar, las ondas de radar no pueden desviarse una vez emitidas, así que dejan numerosos huecos en las elevaciones y depresiones del terreno. Los aviones solucionan esto viajando por encima de esos accidentes del terreno.
El segundo inconveniente viene a ser el mismo, pero más desconocido por el público general, y más preocupante. La curvatura de la tierra actúa igual que una montaña que se interpusiese en el camino de las ondas de radar. Los objetivos que vuelen bajo, aun arriesgándose a los ataques de otros SAMs de punto, en realidad están volando por debajo del horizonte la mayor parte del trayecto. Unas antenas a 20 m no podrían ver un misil volando a 10 m del suelo hasta que estuviese a unos 30 km de ellos. El ataque pegado al suelo es la táctica preferida en anti-buque, ya que el radar enemigo no puede situarse en grandes alturas en ningún momento, y los SAMs de punto que puedan ayudarle están en el mismo barco o en uno a pocos kilómetros y detectan lo mismo (esto no ocurre con la defensa aérea terrestre, que suele tener montones de SAMs medios y ligeros diseminados y los SAMs pesados varias decenas de kilómetros alejados del frente). Así la aviación naval de la Armada Argentina atacó muy exitosamente al enemigo naval inglés con los cazas Super Étendard a ras del agua y disparando misiles Exocet.
Tercer inconveniente: la altitud. Los medios antiaéreos son numerosos, pero la mayoría de ellos no puede atacar objetivos por encima de los 4.000 m. Los SAMs pesados que pueden hacerlo son caros (300 millones de dólares por un Patriot, y más de 500 los sistemas embarcados), poco móviles y sobre todo escasos. La táctica actual en EEUU y la OTAN es bombardear a gran altitud. Una vez eliminados los pocos SAMs de zona que haya, el enemigo está totalmente desnudo ante los bombardeos.
Además, por lo general los radares aéreos tienen mucho más alcance, debido a la misma razón (es como comparar la superficie que cubre la luz de un foco en el suelo con la de uno en una farola, por ejemplo). Tampoco hay que olvidar la enorme movilidad de la fuerza aérea, que les permite desplegarse en multitud de lugares y atacar puntos inesperados, mientras que la defensa anti-aérea es más o menos estática.