Atahualpa

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Atahualpa

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Para otros usos de este término véase Atahualpa (desambiguación).
Atahualpa
Rey de Quito
Emperador Inca
Período Hurin Cuzco ?
1533
? Predecesor Huáscar
? Sucesor Túpac Hualpa Inca coronado por Francisco Pizarro
Dinastía Rey de Quito – (1525 – 1533), Emperador Inca – (1532 – 1533)

Nacimiento Quito, 20 de marzo de 1497
Fallecimiento Cajamarca, 26 de julio de 1533

Atahualpa Nació en Quito, probablemente en los últimos años del siglo XV (1497, más o menos, apenas terminaba la conquista de los Quitus. Vivió siempre junto a su padre Huayna Cápac; fue su hijo preferido y aprendió a su lado el arte del buen gobierno y el ejercicio de las armas. Era de hermoso aspecto físico, fuerte, arrogante y señorial. De carácter enérgico, esforzado y optimista. En la guerra supo ser el primero, valiente y audaz, rico en expedientes; en la paz fue magnánimo y caballero, deseoso de conservarla siempre. Y en el castigo de sus enemigos, a los que consideraba traidores o cobardes, fue cruel, vengativo y extremista. Cuatro o cinco años vivió en paz, según lo deseaba, con su hermano Huáscar. Pero pronto éste empezó a mostrarse contrariado con el poder creciente de Atahualpa. Por otra parte, la madre del inca cuzqueño, Mama-Ragua-Ocllo, inició una campaña de intrigas e incitaciones con el objeto de que Huáscar se lanzara contra su hermano. La corte del Cuzco no se conformaba con el desmembramiento de parte tan difícilmente lograda, y tan rica, como Quito.

Huáscar le envió a Atahualpa un mensajero pidiéndole que renunciara al Reino de Quito, le entregase sus territorios y se sometiera a su poder. Para respaldar tales pretensiones preparó sus ejércitos y los envió hacia el norte, bajo las órdenes del general Atoco, mientras tenía lugar un infructuoso cambio de embajadas.

Tabla de contenidos

[editar] Atahualpa “Ultimo Sapa Inca”

La división del Imperio Incaico a la muerte de Huayna Cápac en 1525 se dio entre Huáscar y Atahualpa. Lo cierto es que al morir Huayna Cápac, cuando los españoles ya merodeaban las costas de Sudamérica, la sucesión la obtuvo su hijo Ninan cuyochi que muere de una fiebre extraña y es Atahualpa, tras derrotar a Huáscar en una sangrienta guerra civil que finalizó con la toma de Cusco por parte de los generales de Atahualpa.

Atahualpa quedó en Quito, con un importante ejército que había servido a su padre, y aspiraba ser ratificado como gobernador de dicha región. En tal sentido envió mensajeros con presentes al Cusco reconociendo a su hermano paterno como nuevo Inca. Sin embargo, Huáscar, llevado por sus consejeros, rechazó la embajada de Atahualpa y torturó y mató a los enviados, pues le llegó el rumor de que Atahualpa preparaba una rebelión. Como Atahualpa se negó a retornar al Cusco y

presentarse ante Huáscar (lo cual hubiese significado probablemente su muerte), un ejército cusqueño partió a combatirlo. Se dio inicio así a una prolongada guerra civil que desangró al Tahuantinsuyo y coincidió en el tiempo con la llegada de los conquistadores españoles al mando de Pizarro. Es así como el triunfo militar de Atahualpa sobre Huáscar se produce muy poco tiempo antes de la captura de aquél por Pizarro en Cajamarca el 16 de noviembre de 1532.

El 15 de noviembre de 1532, los conquistadores españoles, no más de doscientos hombres, llegaron a Cajamarca y Francisco Pizarro, concertó una reunión con el soberano inca a través de dos emisarios. Al día siguiente, Atahualpa entró en la gran plaza de la ciudad, con un séquito de unos tres o cuatro mil hombres prácticamente desarmados, para encontrarse con Pizarro, quien, con antelación, había emplazado de forma estratégica sus piezas de artillería y escondido parte de sus efectivos en las edificaciones que rodeaban el lugar.

No fue Pizarro, sin embargo, sino el fraile Vicente de Valverde el que se adelantó para saludar al inca y le exhortó a aceptar el cristianismo como religión verdadera y a someterse a la autoridad del rey Carlos I de España y al papa Clemente VII. Atahualpa, sorprendido e indignado ante la arrogancia de los extranjeros, se negó a ello y, con gesto altivo, arrojó al suelo el misario que se le había ofrecido. El fraile dio entonces la señal de ataque: «¡Los evangelios entierra, salid cristianos que yo os absuelvo!» los soldados emboscados empezaron a disparar y la caballería cargó contra los desconcertados e indefensos indígenas.

Al cabo de media hora de matanza, varios centenares de incas yacían muertos en la plaza y su soberano era retenido como rehén por los españoles.

Aquella tarde, la ceguera de Atahualpa subestimó totalmente la tecnología y audacia de los extranjeros (conocía su inferioridad numérica). No pasó por su mente el peligro que corría al dejar a unos forasteros avanzar hasta su real en lugar de tenderles una emboscada en un desfiladero. El Inca creyó que podría eliminarlos en cualquier momento y quiso primero satisfacer su curiosidad. No fue así, y su cautiverio fue el principo del fin del imperio del que era soberano.

A los pocos días, Atahualpa, temeroso de que sus captores pretendieran restablecer en el poder a Huáscar, ordenó desde su cautiverio el asesinato de su hermanastro.

[editar] Rescate de Atahualpa

Para obtener la libertad, el Inca se comprometió a llenar una vez de oro y dos veces de plata y piedras preciosas, y hasta donde alcanzara su mano, la gran estancia donde estaba preso, poco antes de completar el rescate, Pizarro decidió no devolverle la libertad a Atahualpa y quedarse con el rescate. Los metales preciosos fueron traídos a Cajamarca desde todas partes del imperio.

Los funerales de Atahualpa, cuadro de Luis Montero

Los funerales de Atahualpa, cuadro de Luis Montero

Deseando obtener más oro y plata, unos meses más tarde los españoles decidieron enjuiciar a Atahualpa por idolatría, fratricidio, poligamia, usurpar el trono, incesto y no cumplir el rescate; fue condenado a la muerte en la hoguera, pena que el inca vio conmutada por la de garrote, al abrazar la fe católica antes de ser ejecutado, el 26 de julio de 1533. La noticia de su muerte dispersó a los pocos ejércitos quiteños que regresaban a sus tierras después de la ocupación del Cusco.

Se cree que Francisco Pizarro estuvo en contra de matar al Inca no solo por un aparente aprecio por él (en su crónica, Pedro Pizarro dice “yo vide llorar al Marqués”), sino porque el que de verdad deseaba su muerte era Almagro, ya que si se completaba el rescate, éste no llegaría a conseguir mucho oro para sí, dado que él no participó de la captura del Inca y, por tanto, recibiría una parte mínima del rescate.

[editar] El origen de su imperio según los últimos estudios

A partir de los debates históricos generados en torno a la figura de Atahualpa, parecen existir dos criterios claros. Primero, que Atahualpa no fue un inca cusqueño, por lo cual su reinado desde 1528 a 1533 fue fruto de la conquista del imperio por parte de sus ejércitos reales. Los generales Quisquis, Orominavi y Cálcuchimac, derrotaron al sucesor real cusqueño Huáscar, hacia el 1528 de nuestra era. Segundo, que su padre Huayna Cápac le hereda únicamente el Reino de Quito


Predecesor:

Rey de Quito y Emperador Inca

Sucesor:

Huáscar ? Atahualpa ? Túpac Hualpa

[editar] Véase también

[editar] Enlaces externos

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