Reino de Quito
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El reino de Quito se formó al morir Huayna Cápac, al sublevarse Atahualpa contra su hermano el Emperador Inca Huáscar gobernante del Imperio incaico entre 1532 y 1533. Atahualpa, hijo de una segunda esposa de Huayna Cápac nativa de Quito, se autonombró rey de Quito entre 1525 y 1533. [1]
Se dio inicio así a una prolongada guerra civil que desangró al Tahuantinsuyo y coincidió en el tiempo con la llegada de los conquistadores españoles al mando de Pizarro. El triunfo militar de Atahualpa sobre Huáscar y el asesinato de toda la familia real se produce muy poco tiempo antes de la captura de aquél por Pizarro en Cajamarca el 16 de noviembre de 1532.
General Rumiñahui fue un guerrero inca, general del ejército de Huayna Cápac, que mantuvo la lucha contra los españoles en el Reino de Quito por 1 años y 5 meses después de la ejecución de Atahualpa el 29 de agosto de 1533 y la muerte de Túpac Hualpa dos meses después.
[editar] Historia anterior
En la recopilación documental difusa de ciertas historias indígenas por parte de algunos sacerdotes católicos dedicados a ser historiadores de los territorios colonizados, se indica que este reino se formó por la unión de los Cañaris y Puruháes para combatir la invasión Inca desde el Sur.
La leyenda está basada en una obra del jesuita Juan de Velasco llamada El reino de Quito, escrita en 1767 y publicada en 1846. Todas sus afirmaciones fueron puestas en duda por el historiador ecuatoriano D. Federico González Suárez y rebatidas finalmente por D. Jacinto Jijón y Caamaño, también historiador y ecuatoriano, quien dejó claro (apoyado en estudios arqueológicos) que nunca existió el reino de Quito.[2]
Los documentos pseudo-históricos dicen que la confederación llamada “Reino de Quito” se convirtió en la más poderosa de la zona y tenía una organización protoestatal. Estaban gobernados por los shyris y su centro más importante era Quito. Se opuso a la tentativa inca de entrar en su territorio a fines del siglo XV, Pero Huayna Cápac consiguió la anexión de su territorio al Tahuantinsuyo, después de enfrentar feroz resistencia, al tomar por esposa a la Princesa Pacha, madre de sus sucesor, Atahualpa.
Se sabe que sí existió una confederación de las tribus cañaris y puruháes que formaba alianzas esporádicas, usualmente con fines bélicos, con otras tribus vecinas principalmente en la zona norte y centro de la sierra. También mantenía relaciones permanentes con varios de ellas, pero de carácter informal, por lo que la confederación puruhá se circunscribía a un territorio muy limitado casi similar a la de las tribus vecinas, y sus centros urbanos no estaban en Quito. No hay ninguna base para aceptar como históricos a los syris o la dinastía Duchicela.
[editar] Uso político
La leyenda se usó luego para intentar darle identidad nacional al naciente Estado de Ecuador, fundado a partir de la secesión de Colombia y que carecía previamente de una identidad a nivel nacional que hubiera justificado su creación como República independiente ante la población (en su mayoría mestiza e indígena) más aún si se considera que el paso de colonia a república en Ecuador no significó nigún cambio de las estructuras sociales oligárquicas y racistas, y que la misma secesión estuvo motivada por intereses políticos de las élites criollas.